El tiro forzado en las chimeneas llegó a raíz de la proliferación de aparatos cerrados y de las puertas para chimeneas.
Es importante conocer las diferencias y cómo afecta a la evacuación de humos los tiros convencionales y los tiros forzados y cómo hacer el paso de tiro forzado al normal al abrir la puerta.
Ya que dependiendo de cómo lo hagamos puede que la chimenea eche humo hacia afuera, que se nos ensucie el cristal de la chimenea.
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O incluso que la chimenea nos haga condensación al forzar el tiro cerrando la puerta obligando a ascender a gran velocidad el humo que lleva vapor de agua por unos tubos de chimenea todavía fríos.
Y como con cualquier aparato que lleve puerta, ya sea cassette chimenea, una estufa, una chimenea metálica o una caldera conviviremos con tiro convencional y forzado.
Vamos a explicar cómo afecta esto al funcionamiento de nuestros aparatos de calefacción a leña y cómo realizar las diferentes operaciones con la misma.
¿Qué es el tiro forzado en una chimenea?
El tiro forzado en una chimenea es el sistema por el que mediante la conducción de entrada de aire primario a la cámara combustión se obliga al humo a ascender por el tubo hacia arriba.
Normalmente esta obligación de entrada de aire se hace por la entrada de aire primario del aparato.
En muchos aparatos situado en el cajón recogecenizas debajo de la puerta.
Los modelos más modernos que llevan entrada de aire del exterior tienen la toma de entrada por debajo o detrás del aparato.
Ventajas del tiro forzado en estufas y chimeneas
Los aparatos que llevan puerta y por lo tanto tienen entrada de aire para forzar el tiro tienen la ventaja de que estando la puerta cerrada no tenemos problemas de revoco de humos.
También evitamos olores que pueden salir en chimeneas abiertas y sobre todo cuando tenemos el aparato apagado donde los tubos tienen restos de hollín y las corrientes de aire de arriba hacia abajo pueden dejar olor en casa.
Mejora la velocidad de evacuación de humos y por lo tanto el subproducto de la combustión de la leña es evacuado con velocidad.
Todo esto lo evitamos con los tiros forzados.
Inconvenientes de los tiros forzados en chimeneas de leña con puerta.
Uno de los principales inconvenientes del tiro forzado es que si desde el primer momento cerramos la puerta forzando el tiro se nos puede producir condensación en la misma.
Esto es debido a que obligamos a el humo suba a gran velocidad por unos tubos que todavía están fríos pudiendo hacer que le vapor de agua presente en el humo condense y nos chorree.
Otro de los inconvenientes que nos puede provocar el tiro forzado si cerramos la puerta demasiado pronto es que el cristal de la puerta se manche mucho más.
Provocado por el hecho de que como el aire de los tubos están muy fríos tienen más peso que el aire de la habitación donde tenemos la chimenea.
Entonces dicho humo busca el aire que le cueste menos empujar que es el que está dentro de casa.
Y el humo choca contra el cristal manchándolo más.
Llegando incluso si el aire de los tubos están muy fríos que el humo nos salga por el cajón recogecenizas del aparato.
Hacer el paso correctamente de tiro natural a forzado y viceversa.
Entendemos por tiro natural o convencional dentro del mundo de las chimeneas cuando el humo sale sin forzar hacia arriba por una entrada de aire gracias al principio del efecto Venturi.
Por ejemplo en las chimeneas abiertas que no tienen puerta el humo sube lentamente al principio mientras se está calentando el aparato por efecto del calor.
Igual ocurre cuando tenemos abierta la puerta del aparato mientras cargamos leña o estamos encendiendo el mismo.
Por lo tanto en los aparatos con puerta conviviremos con los tiros forzados y tiros naturales dependiendo de si tenemos la puerta cerrada o abierta.
Y es importante controlar y conocer este punto para evitar los inconvenientes que hemos enumerado del tiro forzado.
Cómo tener el tiro al encender una chimenea.
Es una práctica muy habitual entre las personas que compran una chimenea con puerta cuando la encienden, una vez la tienen cargada de leña y prenden una pastilla para encender o papel de periódico cerrar la puerta inmediatamente.
Y esto ES UN ERROR.
Ya que al cerrar la puerta estamos pasando a tiro forzado en un aparato que todavía está frío, los tubos de la chimenea están fríos y por lo tanto el aire de dentro también.
Provocando los inconvenientes del manchado del cristal y la posible condensación al principio de la combustión.
Lo correcto cuando prendemos un aparato con puerta, es prender la llama y dejar la puerta medianamente entornada para que tenga tiro convencional.
De esta manera la llama irá ascendiendo suavemente conforme se vaya quemando la leña y calentando el aparato.
Conseguiremos menos cantidad de humo en la cámara de combustión y el aparato y los tubos se irán calentando lentamente.
Consiguiendo que se manche menos el cristal y los problemas de condensación por tubos fríos.
Pasados 30 o 45 minutos una vez que el aparato esté caliente y los tubos también entonces podemos cerrar la puerta y forzar el tiro.
Regulando las entradas de aire que tenga el aparato.
Cambio de tiros al recargar de leña el aparato
Dependiendo del aparato y la leña que hayamos comprado nos tocará cada 2 a 6 horas hacer recargas de leña para que no se apague el fuego ni el calor que proporcional el aparato.
Para ello deberemos abrir la puerta, meter leña, y volver a cerrar.
Pues al hace esto, estamos haciendo que el aparato pase de forzar al tiro a tener un tiro natural o convencional y viceversa.
Y esto no hay que hacerlo precipitadamente.
La manera correcta de hacerlo, cuando vamos a recargar de leña el aparato, es abrir un poco la puerta, para que el cambio de tiro forzado a natural sea paulatino.
Al abrir la puerta y dejar de forzar el tiro veremos como la intensidad de la llama baja, y la velocidad de combustión también.
Pasados 30 o 45 segundos que haya bajado la llama y el aparato tenga tiro convencional entonces terminaremos de abrir la puerta.
Cargamos de leña nueva para quemar y entonces ya podemos cerrar la puerta.
Si abrimos la puerta de golpe si hacer esa pequeña parada de apertura, al cambio brusco entre tiros forzados y naturales el aparato nos puede pegar una bocanada de humo.
Que se nos meterá en casa haciendo que la misma se impregne de este olor e incluso manchando la pintura del techo o las paredes de la chimenea.
Estos dos detalles son muy importantes para conseguir disfrutar al máximo de la calefacción a leña, sin que nos martirice el que se manche mucho el vidrio templado de la chimenea, o que nos revoque el aparato.
Con más de 25 años de experiencia en el sector de las ventas de equipamiento para el hogar, herramientas de bricolaje, y en los últimos 15 años en una empresa de reformas de albañilería, venta de azulejos y materiales de construcción, estufas leña, pellets, chimeneas, sistemas de calefacción.
Máster Técnico Superior en riesgos laborales.
Licenciado por la Universidad de Alicante ua.es